Obra principal de Mirón, escultor y broncista de mediados del siglo V a. c. Ejemplo de escultura clásica griega.
La disposición de la figura es muy atrevida, puesto que capta al atleta cuando impulsa el disco hacía atrás. Ello obliga a una composición arriesgada, curvilinea en espiral contrarrestada por las líneas de brazos y piernas. A su vez esto multiplica los puntos de vista y transmite una inedita sensación de instante, que acentúa el dinamismo de la escultura a lo cual ayudaba la luz en el original de bronce destellando sobre él.
UNA DE LAS DIVERSAS COPIAS ROMANAS EN MÁRMOL DEL ORIGINAL GRIEGO
Su clasicismo se manifiesta en la perfección anatómica, subrayando el equlibrio emocional a traves del rostro inexpresivo, no muy acorde con el momento de esfuerzo físico supremo.
ENLACE para más imágenes de la obra:
Diversas versiones del Discóbolo
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